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Canadá es refugio de
iquiqueños. Así lo confirman la historia de dos familias que tuvieron
que dejar la Tierra de Campeones luego de ocurrido el pronunciamiento
militar de 1973.
Tanto Germán Altamirano,
quien vive en Toronto y Richard Andrade, radicado en Vancouver,
recuerdan con nostalgia Iquique y, al mismo tiempo, agradecen la
hospitalidad de los canadienses, quienes les dieron la oportunidad de
armar una nueva vida en el hemisferio norte.
VANCOUVER
Germán Altamirano se
crió en el barrio Matadero y la Plaza Arica. Estudió en el Liceo
Comercial, en donde se licenció en contabilidad. Su vida en la ciudad
fue interrumpida en septiembre de 1973. Luego de diez meses en el campo
de prisioneros de Pisagua, lo dejaron libre. "Me di cuenta que mis
opciones en Chile eran casi nulas. Perdí mi trabajo en el Banco Central
y todas mis expectativas se fueron esfumando".
Vivió en Lima durante un
año como refugiado político y luego viajó a Canadá. Llegó a ese
país el 23 de marzo de 1976.
"No me resultó
difícil radicarme en Canadá pues sabía bastante inglés y el tiempo
que pasé detenido me brindó la necesaria determinación para seguir
adelante".
Por 22 años vivió en la
provincia de Saskatchewan, capital triguera de Canadá. Ahí aprovechó
sus conocimiento de contabilidad. También logró traer a su familia y
vio crecer a sus hijos.
Su hijo Salvador nació en
Canadá en 1977 y actualmente es miembro de la Real Policía Montada de
Canadá. En tanto las dos hijas nacidas en Chile se encuentran casadas.
La mayor, Nolfa, trabaja en una compañía japonesa y está casada con
un oriental. Soledad trabaja en el Departamento de Recursos Humanos en
Correos y se casó con un afroamericano. Todos ellos viven ahora en
Vancouver.
Además de su trabajo como
contador, Altamirano realiza clases de español.
Su pasatiempo principal es
escribir, relatando su experiencia en Pisagua.
"Mi atracción por
las letras sigue y ahora estoy tratando de publicar en Iquique mi primer
libro de cuentos".
A PIE
El mismo reconoce que
Vancouver es una ciudad para disfrutarla a pie. Sus extensos jardines y
parques invitan a visitantes y al residente a caminar por la urbe.
"Canadá me ha
brindado todo lo necesario para llevar una buena vida y no se me ocurre
cómo podría mejorar mi estadía en esta tierra que me recibió con
cariño y con mucho respeto".
Sólo una vez ha visitado
Iquique en los últimos 26 años. Ocurrió en febrero del 2000. Junto a
un grupo de ex prisioneros, regresaron a Pisagua y rindieron un homenaje
a los compañeros que perecieron en la caleta. También recorrió las
calles de su infancia, la Plaza Arica y los amigos y compañeros de
curso que dejó atrás.
A pesar de querer y
añorar Iquique, ve muy difícil retornar a Chile. "Son muchos
años acá. Toda mis seres queridos se encuentran en Canadá".
TORONTO
Richard Andrade dejó
Iquique en 1975 cuando tenía once años. Se fue junto a su familia en
primera instancia a Argentina y luego a Canadá. Su razón fue simple:
era hijo de exiliado político.
Asegura que el primer año
fue difícil, especialmente en el idioma y las costumbres. "Pero lo
peor era saber que no estábamos aquí por elección propia, sino que
por razones políticas. Con el tiempo mi familia se acostumbró, pero
siempre recordamos nuestro pasado en Iquique".
Al final Richard se
acostumbró y actualmente se encuentra casado con una uruguaya. Tiene
tres hijos, Carina, Luis y Christopher.
Estudió márketing en la
Universidad de York y ahora trabaja para la entidad gubernamental
"Toronto Community Housing Corp". Su labor consiste en
controlar la calidad de las viviendas sociales que son entregados a
personas de la tercera edad.
A su juicio Toronto es una
ciudad amable. A sus 38 años, sus principales pasatiempos son el
fútbol y el ciclismo. "En lo personal no cambiaría nada de mi
estilo de vida en Canadá".
A diferencia de Germán
Altamirano, él desea algún día regresar a Chile, pero no a Iquique.
Esto se debe a que ya está acostumbrado al clima y a la exhuberancia de
Toronto. Es por eso que ya tiene decidido vivir en Villa Alemana, Quinta
Región.
Percy Avendaño G.
pcavendano@terra.com
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